Como un fular blanco sobre el manto celeste, el brillo de millones de estrellas se extiende desde la reina Casiopea hasta el arquero Sagitario, cruzando el cielo de norte a sur. El Dios Zeus disfrazado de Cisne, les marca el camino. El nombre de Vía Láctea proviene de la mitología griega, haciendo referencia a la leche derramada de los pechos de la Diosa Hera, tras apartar bruscamente a Heracles mientras este mamaba. La realidad nos ha enseñado que esa banda de luz pertenece a estrellas y gas interestelar que se hallan sobre el plano galáctico.
Durante el verano boreal, se da la circunstancia de que si orientamos nuestra vista al horizonte sur, a la derecha de la constelación de Sagitario, estamos mirando el centro galáctico. En él tiene su guarida Sagitario A*, un agujero negro supermasivo descubierto en 1974 y confirmado definitivamente en 2022.