Como nadando en un mar de estrellas, esta hermosa nebulosa remanente de supernova, imita la forma de una medusa en el océano.
Situada a 5.000 años luz en la constelación de Géminis, IC443 corresponde a la nebulosa que se forma tras la explosión de una estrella masiva (masa superior a 8 masas solares), fenómeno conocido como “supernova”, cuando sus restos quedan desperdigados en el espacio. Este tipo de nebulosas alcanzan un tamaño enorme, en este caso de unos 70 años luz, por lo que podemos hacernos una idea de lo grandes que son (recordar que la luz recorre 300.000 km en un segundo y que la distancia entre el Sol y la Tierra son “solo” 8 minutos luz). La estrella brillante que se ve a la derecha es Propus (η Geminorum). No debemos confundir esta nebulosa Medusa, con la nebulosa planetaria de La Medusa, otro objeto diferente llamado así en honor al personaje de la mitología griega y conocido también como Abell 21. Ubicada también en la constelación de Géminis, la nebulosa planetaria de La Medusa es otro tipo de objeto formado al finalizar la vida de una estrella pequeña (masa inferior a 8 masas solares). Las estrellas pequeñas a diferencia de las grandes, no explotan, sino que se van desprendiendo de sus capas externas, las cuales al desperdigarse en el espacio forman también una nebulosa. El porqué se les llama “planetarias” tiene que ver con que en tiempos pasados, cuando los astrónomos las observaban con sus rudimentarios telescopios, creían que sus formas se asemejaban a las de los planetas, si bien y como vemos, no tienen nada que ver con ellos.